La Stevia originalmente contiene 2 moléculas que resultan clave en este producto: Steviosidos y Rebaudiosidos, donde los primeros aportan las propiedades terapéuticas para la regulación de la glicemia y dejan un pequeño amargor, y los Rebaudosidos aportan el mayor dulzor. Esto implica que la Stevia contiene naturalmente componentes que tienden a generar un gusto amargo cuando se utiliza en exceso. Además, la alta concentración de Steviósidos es la que puede causar una pequeña cristalización, sin que esto altere la calidad del producto.
Sobre la dosis: Estudios demuestran que 3 gotas equivalen a una cucharadita de azúcar. Por eso es que recomendamos utilizar dosis bajas para de a poco conocer el nivel de dulzor preferido.
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